SESIONES DE PSICOLOGÍA, TERAPIA GESTALT Y PROCESOS DE PÉRDIDAS Y DUELOS

Te acompañaré con una actitud de respeto, presencia y conciencia y te facilitaré un espacio donde expresarte con total sinceridad, confianza y seguridad sabiendo que todo lo dicho y/o hecho será tratado con cuidado y total confidencialidad.

El primero de mis objetivos es acompañarte para aliviar el malestar emocional que determinadas situaciones vitales te puedan estar generando.

El segundo de mis objetivos es facilitarte un aprendizaje de esas situaciones para desarrollar tus propios recursos internos y así poder abordar las circunstancias externas a ti con más madurez y serenidad.

Paralelamente, la Psicoterapia también es un camino de desarrollo y crecimiento personal válido para todos en cualquier momento de la vida. Es una vía de transformación para llegar a ser quienes somos en realidad y aprender a vivir con más alegría y plenitud a pesar de las circunstancias. En otras palabras, no es necesario esperar a sentirte mal para realizar un proceso terapéutico.

Mi orientación psicológica es Gestáltica y, como dijo su creador Fritz Perls (1893-1970): “La Gestalt es demasiado buena como para limitarla sólo a personas enfermas”.

Existen muchas formas de trabajar como psicólogo y terapeuta.

La Terapia Gestalt que yo practico está considerada como humanista. Eso significa que creo que todas las personas tenemos potencial y recursos.

Para la Terapia Gestalt las neurosis, e incluso algunas enfermedades, surgen cuando no nos realizamos, no desarrollamos ese potencial y no nos permitimos ser nosotros mismos.

Para la Gestalt y para mí, lo saludable es estar lo más alineado posible con lo que pensamos (mente), sentimos (emoción) y hacemos (cuerpo).

Sin embargo, nuestra sociedad necesita previsibilidad y nos educa para ello. El niño es espontáneo y está en contacto con sus necesidades pero, conforme crecemos, nos vamos convirtiendo en seres educados donde todo está pautado. Adoptamos máscaras, hablamos de teorías y nos decimos y decimos a los demás “yo soy así y tú eres así”. Todo eso se traduce en la prohibición de nuestro ser auténtico.

Con la Terapia Gestalt podrás aprender y recuperar tu propia esencia tomando conciencia de tus deseos y necesidadesdecidiendo –realmente- qué es lo que quieres hacer en cada situación. De alguna manera, es recobrar tu libertad.

La Terapia Gestalt se basa en tres pilares:

•   Conciencia: darte cuenta de qué te pasa y cómo te relacionas con lo que te pasa.

•   Aquí y ahora: vivir cada momento sin estar tan apegado al pasado ni tan proyectado en el futuro.

•   Responsabilidad: asumir las consecuencias de tus decisiones, pensamientos, sentimientos y acciones.

La terapia Gestalt tiene un enfoque holístico. Eso significa que trabajamos y tenemos en cuenta todo: la parte mental, corporal, emocional e, incluso, espiritual (entendiendo esta última como el deseo de trascendencia y sentido de la vida que, la mayoría de nosotros, en algún momento experimentamos).

En la terapia Gestalt no seguimos los típicos protocolos clínicos ni catalogamos a las personas por sus síntomas. El enfoque tampoco es directivo: como terapeuta no te diré lo que tienes que hacer: además de facilitarte un espacio seguro de expresión sólo te propondré posibles ejercicios, cambios comportamentales o reflexiones para que seas tú quien compruebe y decida si te son útiles o no.

El proceso terapéutico gestáltico es creativo y se ajusta a las necesidades de cada uno. En las sesiones hablamos pero también realizamos dinámicas y ejercicios.

Como ya hemos comentado, no es necesario que te sientas mal para realizar un proceso terapéutico ya que éste te podrá servir para:

•   Vivir con mayor equilibrio, plenitud y bienestar.

•   Aumentar tu autoconfianza, autoapoyo y autoestima.

•   Mejorar tus relaciones personales.

Sin embargo, existen situaciones vitales que pueden hacerlo más necesario como, por ejemplo:

•   Sufrimiento en estados de depresión, ansiedad, estrés, baja autoestima, etc.

•   Conflictos de relación (familia, trabajo, pareja, etc.)

•   Situaciones de pérdida y duelos.

•   Cambios vitales: separaciones, jubilación, pérdida de trabajo, etc.

•   Trastornos alimenticios.

•   Insatisfacción vital.

Desde que nacemos son muchas las cosas, situaciones o personas allegadas que vamos perdiendo y los duelos son los procesos emocionales e internos que realizamos hasta la aceptación de esas pérdidas.

Al mismo tiempo, los procesos de duelo son caminos de aprendizaje que nos permiten madurar, desarrollarnos y capacitarnos para un mejor manejo de las situaciones y circunstancias de la vida.

En muchos casos, las pérdidas de seres queridos son los procesos de duelo más dolorosos que experimentamos y los que más nos cuesta transitar. Nuestras creencias sobre la muerte, los nuevos ritos funerarios, los cambios sociales respecto a lo que es y no es apropiado en un duelo y también una falta de calidad en el soporte y compañía que hayamos podido tener, dificultan todavía mucho más esos procesos.

Además, si han sido varios los duelos que no se han podido gestionar de forma saludable puede suceder que una nueva pérdida, aparentemente menos importante que las anteriores, genere tal malestar que desborde a la persona hacia un proceso de depresión, ansiedad o enfermedad importante.

Y, aunque no existe un proceso de “duelo correcto” sí que existen formas de trabajar y acompañar para que cada persona pueda realizar su propio tránsito hasta llegar a la aceptación serena y madura de las pérdidas.